Todavía está en duda si José Bretón asesinó a sus dos hijos Ruth y José hace más de un año. El juez ha encargado recientemente dos informes policiales los cuales afirman los mismo, que la hoguera ardió por gasolina. El uso de este acelerante hizo que se produjera la columna de humo negra que describen los vecinos.
Además la hoguera alcanzó temperaturas tan altas superando los mil grados y estuvo ardiendo más de 7 horas, lo que significa que los médicos forenses tuvieran más dificultades para encontrar muestras de ADN y restos genéticos en los huesos calcinados. Los análisis de ADN se realizaron en el Instituto de Medicina Legal de Santiago de Compostela, caracterizado por liderar la investigación y análisis de los casos criminales más controvertidos y complejos. En este laboratorio se realizó el estudio de ADN de los dientes que aún estaban en los alveolos y que por esa razón no ardieron con el fuego.
El 8 de octubre José Bretón, el padre de los Ruth y José, llamo a la policía comunicando la desaparición de sus dos hijos mientras estaban en el parque. A la policía desde los inicios sospecho del imputado pues el tono de voz durante la llamada no era típico de un padre ante tales situaciones. Además Bretón fotografió en su móvil la llamada realizada a la policía.
Sanchez de Puerta, el abogado del imputado sostiene que no se encontraron tantos huesos y que se rompió la cadena de custodia de las pruebas judiciales encontradas en la finca Quemadillas. El encarcelado, Jose Bretón sigue manteniendo su inocencia.
Los primeros restos encontrados en las brasas no fueron dictaminados como humanos, sin embargo, la policía forense ha dictaminado tras un segundo análisis antropológico, que los restos óseos encontrados en la finca son humanos y que pertenecen a dos niños de las mismas edades que tenían Ruth y José.
Se realizan mediante saliva las pruebas de ADN al imputado para determinar la filiación con la de las pruebas oseas y poder concluir si los restos encontrados en las brasas pertenecen a los hijos de Bretón.