El hallazgo tuvo lugar en una cueva de la península de Jandia en Fuerteventura, Canarias y es el descubrimiento arqueológico más importante de la isla.
Además de estudios antropológicos y dataciones radio carbónicas se realizaran pruebas genéticas a los restos óseos encontrados en la necrópolis.
En el interior de la cueva se ha encontrado un solapón funerario delimitado con un a estructura de piedra. Por el momento en dicho solapón se han hallado restos óseos correspondientes a dos adultos y un niño, además de un collar, una vasija de cerámica con ornamentos aborígenes de la cultura maho.
El estudio de estos restos permitirá concretarlos históricamente y además pincelará el pasado de nuestra historia con respecto los primeros pobladores y su modo de vida.
Además entre los restos óseos se incluyen restos dentales cuyo análisis mediante las pruebas de ADN permitirá conocer más sobre su alimentación, filiación genética, adaptación al territorio entre otros.
La aparición de este yacimiento se remonta a casi ya un año, cuando un ganadero encontró el cráneo en la cueva. Posteriormente se inició el proceso de identificación hasta que se confirmó que se trataba de restos aborígenes.
Además mediante sondeos se ha podido establecer relación entro los restos del hallazgo y un contexto cultural aborigen.
Una vez finalizado los sondeos y levantamiento arqueológico, serán llevados a diferentes laboratorios para su análisis y pruebas genéticas más detallado.