Las pruebas de ADN confirmaron la autenticidad de los restos óseos encontrados en el parking de Inglaterra pertenecientes al rey inglés inmortalizado por Shakespeare Ricardo III por su frase “Mi reino por un caballo”.

En agosto del 2012 un grupo de científicos había encontrado en las ruinas de un monasterio, bajo un aparcamiento de la ciudad inglesa de Leicester los huesos de alguien que había fallecido de manera brutal en el siglo XV, le habían reventado la cabeza. Sospechaban que se trataba del rey Ricardo III quien estuvo al poder inglés desde 1483 hasta 1485, falleciendo , cuando murió en la batalla de Bosworth defendiendo su trono.

Para averiguar si los huesos del aparcamiento eran del rey Ricardo III, los investigadores de la Universidad de Leicester compararon el ADN con el de Michael Ibsen, un carpintero de Canadá que se ha identificado como descendiente de la hermana mayor del monarca. El ADN contiene mitocondrias y se suelen analizar para determinar si dos personas están emparentadas. Dichas pruebas confirmaron la relación entre el rey y Michael Ibsen.

Dudas en los restos encontrados: falta de información

Sin embargo un grupo de investigadores en medicina legal de la Universidad de Santiago de Compostela, responsable de análisis de ADN de víctimas de los atentados del 11-S, del 11-M y del tsunami del 2004, no parecen estar del convencidos.

“En el hipotético caso de que hayan encontrado un macheo [una coincidencia] entre las dos secuencias de ADN, es posible que estén emparentados, pero que estos sean los restos del rey es otro cantar”, expone Camiña, experta en la genética de las dinastías de los Austrias y de los Borbones. “Queremos que se contrasten los resultados y que expertos en historia comenten el tema”.

Turi King encargado de los análisis de los restos hallados en el aparcamiento admite que todavía han acabado el estudio. “Completaremos el trabajo y lo enviaremos a revisión por otros científicos en los próximos meses”.

Pruebas realizadas no autentifican que los restos sean del monarca

Carles Lalueza, no de los mayores expertos en el mundo en el análisis de ADN antiguo y que recientemente confirmó la autenticidad de la cabeza momificada del rey francés Enrique IV, comentó que el análisis mitocondrial era insuficiente: “Mi ADN mitocondrial coincide con el del pistolero Jesse James y eso no significa que seamos familia”.

Lalueza considera que deberían haber analizado los marcadores genéticos del cromosoma Y, muy usados en criminalística. Son regiones del cromosoma sexual masculino que varia entre cada individuo pero que se hereda de padres a hijos.

Este secretismo llevado a cabo en las pruebas genéticas de ADN realizadas a los restos óseos ponen  en duda si realmente se trata del  monarca inglés.

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