+34 932 75 85 37En 2013, pensando que la tecnología de los análisis de ADN era genial, Simon Smith envió una muestra de saliva a una empresa de pruebas de ADN para saber más sobre su historia familiar.
Los resultados de la prueba de ADN revelaron una historia familiar más allá de su imaginación.
Los resultados llevaron a la familia de Simon Smith a descubrir que su ascendencia estaba fuertemente conectada con una clínica de fertilidad en Londres durante la Segunda Guerra Mundial, dirigida por la doctora Mary Barton y su marido, Bertold Wiesner.
Descubrieron que Wiesner donó su propio esperma a muchos de sus clientes, lo que le relaciona con unos 600 niños nacidos en el transcurso de unos 20 años. Entre estos niños se encuentra la madre de Simon, Adrianne Smith.
Cuando Simon envió su muestra de ADN, aceptó que se pusieran en contacto con él personas que descubrieran que estaban emparentadas con él. Entonces recibió decenas de mensajes de supuestos primos de cuarto grado, aunque finalmente dejó de abrir los mensajes porque eran demasiados para gestionarlos.
Pero en diciembre de 2014, Simon recibió un correo electrónico de una tal Lyssa McGowan que decía ser su prima hermana.
Nadie en la familia de Simon había oído hablar de McGowan, aunque algunos de los detalles de su historia le resultaban familiares. Pruebas de ADN separadas mostraron que Adrianne, la madre de Simon, y la madre de Lyssa, Caryl Blumenthal, habían nacido en el Reino Unido. También descubrieron que ambas eran predominantemente judías asquenazíes.
Además, Lyssa confirmó que su madre también había nacido mediante un programa de fertilidad asistida. En ese momento, la familia de Simon aún no sabía que el padre biológico de Adrianne no era el que la había criado.
Los padres de Adrianne, Louis y Millicent Pitt, eran una pareja cariñosa, por lo que era inconcebible para la familia considerar que Louis pudiera haber tenido una aventura secreta que diera lugar a una familia secreta en Inglaterra. Además, Louis tenía mala salud, por lo que no tenía sentido que se le reclutara como donante de esperma.
Fue Simon quien mantuvo correspondencia con la familia McGowan durante meses antes de que Adrianne escribiera finalmente a Caryl Blumenthal. Adrianne, de 75 años, que vive en Toronto, dijo que no estaba angustiada, sino que sentía una intensa curiosidad y quería saber más sobre su verdadera historia familiar. Caryl respondió al correo electrónico de Adrianne en cuestión de horas y las dos se hicieron amigas rápidamente.
El Padre Biológico de 600 Hijos
En una de sus conversaciones, Caryl recordó el nombre “Barton”, pero no estaba segura de quién era la persona o qué significaba ese nombre.
Entonces, en 2015, la hija de Adrianne, Louise, vio por casualidad un documental sobre Mary Barton y su clínica de fertilidad en Londres, que dirigió desde los años 40 hasta los 60 con su marido, Bertold Wiesner.
El realizador del documental, Barry Stevens, de 68 años, pasó años tratando de buscar a su propio padre biológico, lo que le llevó a la clínica de fertilidad de Mary Barton. Para comprobar su teoría, localizó al hijo de la pareja y solicitó una prueba de ADN, que reveló que eran medio hermanos.
Barry Stevens también descubrió que su padre biológico, Bertold Wiesner, estaba relacionado biológicamente con hasta 600 niños, lo que documentó en dos películas, Offspring (Descendencia) y Bio-Dad (Papá Biológico). Se cree que el propio Wiesner proporcionó el esperma de alrededor de ⅔ de los clientes de la clínica.
Mary Barton y Bertold Wiesner
Barry Stevens fue a hablar con algunas mujeres que conocieron a Barton. Todas recuerdan que Barton les dijo que mantuvieran el procedimiento en secreto. Y es que en 1945, el British Medical Journal publicó un artículo sobre el trabajo de la pareja.
El parlamento británico hablaba de criminalizar la inseminación artificial, alegando que era un procedimiento horrible que fomentaba el adulterio y que interfería con la naturaleza.
En 1948, el Arzobispo de Canterbury reunió una comisión religiosa que llegó a la conclusión de que la inseminación artificial era mala en principio y constituía una violación del matrimonio. Luego, en 1958, un comité de la Cámara de los Lores dijo que los niños concebidos por inseminación artificial debían considerarse ilegítimos.
Barry aclaró que no estaba seguro de que Mary supiera que su marido donaba la mayor parte del esperma en la clínica. Sin embargo, si ella efectivamente lo sabía, habría más razones para exigir el secreto.
600 Hermanos
La familia de Adrianne se puso en contacto con Barry y ambos acabaron conociéndose en 2016. Tras hacerse más pruebas de ADN de parentesco, los resultados revelaron que también eran medio hermanos y que Bertold Wiesner también era el padre biológico de Adrianne.
Aunque los resultados revelaron que el hombre que crió a Adrianne no era su verdadero padre, ella afirma que sus sentimientos hacia él no cambiaron y que no lo quiere menos por eso.
En los últimos cinco años, Adrianne ha podido encontrar a más de 40 hermanastros con edades que van de los 50 a los 70 años. Se mantienen en contacto por correo electrónico, refiriéndose colectivamente a sí mismos como “halfies” (por half: medio en inglés), y han desarrollado un protocolo para dar la bienvenida a nuevas personas al grupo.
Adrianne forma ahora parte de un movimiento político en auge, involucrándose en la Alianza de Donantes-Concebidos de Canadá. El grupo aboga por prohibir las donaciones anónimas de esperma y óvulos, y pide que se conserven a largo plazo los historiales médicos de los donantes en beneficio de los niños concebidos por ellos.
En la actualidad, los donantes de Canadá están obligados a responder a un cuestionario sobre su salud. Sin embargo, esta información sólo debe conservarse durante 10 años, lo que significa que un niño concebido por un donante, o sus padres, deberían poder solicitar el acceso al historial médico en un plazo de 10 años.
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